Gabriel Kessler propone mirar las desigualdades urbanas enfocando en los procesos estigmatizantes que puede acarrear el habitar ciertos territorios. Especialmente analiza, a partir del caso del barrio conocido como «Fuerte Apache» en Buenos Aires, cómo la discriminación que sufren ciertos barrios es un factor que incrementa las privaciones de quienes en él viven.
En el artículo, Kessler se pregunta en qué medida la estigmatización territorial ha generado privaciones específicas en la población y cómo agrava otras ya existentes. Analizando un caso particular, el autor precisa el concepto de estigma y desmenuza los distintos tipos de estigmatización que sufre el barrio, haciendo especial mención al papel de los medios de comunicación en la caracterización del barrio.
Se dedica un apartado a problematizar las percepciones que los habitantes tienen sobre el estigma que pesa sobre el barrio y a señalar los distintos tipos de discursos que al respecto pueden encontrarse. El análisis pretende incluir la estigmatización territorial en un contexto complejo de discriminaciones estructurales.
Si bien el texto advierte las consecuencias de la estigmatización territorial sobre el conjunto de la población, atiende específicamente al modo en que lo hace sobre personas jóvenes. Para ellos y ellas, el estigma del barrio es un obstáculo difícil de sortear cuando emprenden la búsqueda de empleo. Esto se suma a otras dimensiones de su sociabilidad cotidiana que es erosionada por el estigma que pesa sobre el barrio en el que viven. Finalmente, el artículo revisa y sistematiza sobre el rol de las escuelas y los y las docentes frente a la cuestión de la estigmatización territorial.
Finalmente intenta mostrar que la estigmatización agravó procesos de deterioro de las condiciones de vida, obstaculizó acciones en pos de mejoras así como ha producido desventajas específicas a nivel individual y colectivo.