En este fin de año, es importante hacer una pausa para reflexionar sobre los logros y los desafíos que todavía deben ser superados para la construcción de una sociedad más justa y acogedora para la infancia.
El año 2014 marcó el 25°. aniversario de la Convención sobre los Derechos del Niño. Sin duda, podemos celebrar importantes avances inauguradas desde la adopción de este tratado internacional, especialmente en lo que respecta a la reducción de la mortalidad infantil, el acceso a la educación y al agua potable. Pero el número de niños todavía privados de muchos derechos y expuestos a la violencia en todos sus espacios de vida es enorme.
Según el informe de Estado Mundial de la Infancia 2015, la mayoría de los niños pobres viven en países con mayor desigualdad de ingresos. En estos y otros países, la privación se concentra sobre todo en las villas miserias urbanas y las zonas rurales remotas, así como en los grupos étnicos excluidos y en grupos de personas con discapacidad. Tal privación afecta no sólo a los niños en el momento actual, impactando de manera comprometedora a las generaciones futuras, lo que socava su potencial.
En el último decenio, varios países de América Latina han puesto la problemática de la desigualdad y la injusticia social como parte relevante de su agenda política y han logrado avances en la reducción de la histórica y persistente desigualdad social y económica. Sin embargo todavía queda mucho por hacer y profundizar en este camino. En un momento en que la comunidad mundial formula su agenda de desarrollo post-2015 y para honrar el espíritu de la Convención sobre los Derechos del Niño, es imprescindible hacer frente a las desigualdades existentes, derribando las barreras económicas, políticas, institucionales y culturales que se interponen entre los niños y sus derechos.
En este contexto, una cuestión urgente que se impone a toda la sociedad se refiere a la prevención de la violencia y la protección de los niños y las niñas. Cada 5 minutos muere un niño a causa de la violencia. Y una cantidad inestimable sufre el impacto de las múltiples formas de violencia pública y privada.[1] Sin la garantía de protección, la realización de los demás derechos de los/as niños/as es afectada o incluso impedida. La preocupación acerca de la prevención y protección a la violencia, un problema que compone la agenda de trabajo de Equidad para la Infancia, cruza los límites de los distintos países latinoamericanos y del mundo, uniendo a la comunidad internacional en apoyo de esta causa. En este boletín compartimos algunas notas y entrevistas sobre este tema tan destacado en el escenario regional, que es de fundamental importancia en la agenda de desarrollo post-2015.
Durante 2014, desde Equidad para la Infancia, hemos fortalecido nuestras acciones con el desarrollo de proyectos para la producción de conocimiento y basado en la evidencia, que sirvan como base para el desarrollo de políticas equitativas que promuevan el bienestar de los/as niños/as. Del mismo modo, acompañamos iniciativas de articulación y difusión de conocimientos como la I Bienal Latinoamericana Infancias y Juventudes, la investigación Young Lives (Niños del Milenio) y el Coloquio Violencias y sus impactos en el desarrollo infantil: reflexiones históricas y contextuales, factores de protección y políticas públicas.
Cerramos 2014 con el compromiso de continuar profundizando nuestra labor de afianzar vínculos y alianzas para la promoción de la equidad para la infancia en América Latina. Agradecemos a todas las personas e instituciones que trabajaron junto a nuestro equipo en materializar los proyectos planteados.
[1] Marta Santos Pais. Celebration of the 25th Anniversary of the CRC – Statement by Special Representative of the Secretary-General on Violence against Children.