Existe una tensión entre los derechos de los niños y los derechos de las mujeres, dado que el cuidado de los niños suele estar a cargo principalmente de las mujeres.
Ya que el cuidado se distribuye entre el mercado, el Estado y las familias, la escasa oferta estatal hace que se recurra al trabajo de cuidado no remunerado familiar o, en familias de clase media y alta, a servicios pagos. De esta forma, se restringe el ingreso al mercado laboral de mujeres de hogares de bajos ingresos y se mercantiliza el cuidado infantil.
De acuerdo con Faur: “entre los desafíos a asumir está el de superar una idea maternalista que ubica a las mujeres como las responsables exclusivas de los cuidados y ampliar derechos y responsabilidades para los hombres.”
Descargue la entrevista: SIPI (2015) Conversación con Eleonor Faur