Los Objetivos de Desarrollo Sostenible, enmarcados en la Agenda 2030, y la Nueva Agenda Urbana se plantean como marco de referencia para la construcción de agendas públicas locales que incluyan la perspectiva de infancia y adolescencia en la planeación urbana.
Las áreas urbanas representan una serie de ventajas frente a los sectores rurales: ofrecen mayor acceso a servicios básicos -saneamiento, acueducto, alcantarillado-, mejores oportunidades educativas y laborales, entre otros. Sin embargo, también es cierto que al interior de ciudades estas ventajas se convierten en privilegios, al no estar garantizadas para toda la población, especialmente para grupos vulnerables de niñas, niños y adolescentes (NNyA), migrantes, mujeres, minorías étnicas, comunidad LGTBIQ, adultos mayores y habitantes de calle.
Las altas concentraciones de población en áreas urbanas, el crecimiento no planeado de las ciudades, la falta de inversión en infraestructura, la profundización de la pobreza y de las inequidades, se han convertido en un serio problema que impacta directamente en el bienestar de NNyA, por lo que son temas obligatorios para las agendas públicas, tanto a nivel local, como nacional, regional y global.
Los países de América Latina y El Caribe evidencian los más altos índices de desigualdad global,[1] y la infancia es de los grupos más afectados por la pobreza y la creciente brecha económica entre ricos y pobres.[2] Esto se evidencia en las condiciones de precariedad habitacional, la falta de acceso a servicios y las complejas situaciones de movilidad que enfrentan uno/a de cada cinco latinoamericanos/as que vive en tugurios o barrios informales.[3]
En este contexto, los grupos más vulnerables de NNyA urbanos deben enfrentarse a condiciones que limitan su desarrollo integral y el ejercicio efectivo de sus derechos. Sin embargo, las investigaciones sobre desigualdad se han centrado en la comparación entre áreas rurales y urbanas, que invisibilizan los factores que perpetúan y aumentan las inequidades intraurbanas (al interior de las ciudades).[4]
La mitad de NNyA urbanos de la región vive en hogares con privaciones en cuanto a materiales de construcción de sus casas, con hacinamiento, limitaciones de acceso al agua, al saneamiento o la electricidad. Esto representa un porcentaje mucho mayor de NNyA que de adultos viviendo en estas circunstancias.[5]
Estas mediciones muestran que la población infantil urbana que vive en condiciones de precariedad es equiparable al total de población que habita en el espacio rural. También destacan que la inequidad intraurbana (entre NNyA con y sin precariedad) es mayor a la clásica desigualdad rural-urbana.[6]
Nuestra región también alberga la mayoría de las ciudades con más homicidios del mundo, y las situaciones de violencia se manifiestan desde los primeros años: contra las mujeres y niñas en forma de abuso;[7] contra niños y adolescentes en riesgo de ser cooptados por grupos criminales;[8] contra NNyA de todas las edades y todos los contextos sociales que enfrentan maltrato en sus hogares y en la escuela.[9]
Es por esto que las agendas públicas urbanas deben tomar un rol protagónico en la materialización de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y la Nueva Agenda Urbana (NAU), con el fin de hacer efectivo el reconocimiento, la atención y la participación de la población más vulnerable de NNyA en la planeación de las ciudades.
La Agenda 2030 en clave de derechos de la infancia
En la década de los noventa, a partir de la entrada en vigor de la Convención sobre los Derechos del Niño (CDN), se reconoció a NNyA como sujetos de derechos, para garantizar su pleno desarrollo físico, mental y social.[10] De igual manera, se les atribuyó titularidad sobre todo derecho fundamental consagrado en los instrumentos internacionales, obligando a los estados firmantes a generar leyes y políticas que hagan efectiva su protección integral y el ejercicio de sus derechos.[11]
A partir de los principios rectores del derecho a la vida, la supervivencia y el desarrollo, el interés superior del niño, el derecho a la no discriminación y derecho a la participación, la CDN se plantea como la base para la transformación, orientación, formulación e implementación de acciones públicas en materia de infancia y adolescencia, en ámbitos nacionales, pero también locales y urbanos.[12]
Existe una clara vinculación entre los ODS y la Convención. Poner fin a la pobreza (ODS 1), al hambre (ODS 2), garantizar la salud y el bienestar (ODS 3), la educación inclusiva y de calidad (ODS 4) y la igualdad de género (ODS 5), son objetivos que están directamente vinculados con el bienestar de las personas, incluyendo NNyA. Asimismo, el objetivo 11, sobre ciudades y comunidades sostenibles, ubica a las ciudades como uno de los principales escenarios para avanzar en el cumplimiento de estas metas globales. “Debido a su peso demográfico, si los ODS no se cumplen en las ciudades, no se van a cumplir en lo general”.[13]
La Nueva Agenda Urbana (NAU)
La NAU se ha planteado como el principal referente internacional para la orientación de políticas públicas urbanas más equitativas y sustentables, reconociendo “las posibilidades de crecimiento que promueven las ciudades, pero también las intrínsecas desigualdades espaciales, sociales, culturales y económicas que existen dentro de ellas”.[14]
La Nueva Agenda Urbana, acordada en el marco de la cumbre de Hábitat III, reconoce que las mujeres y NNyA son parte de los grupos poblacionales más afectados por las desigualdades intraurbanas y que deben ser parte de iniciativas de participación efectiva en el desarrollo urbano y territorial.[15] Por tanto, las políticas públicas y agendas locales deben avanzar en la identificación de las barreras y problemáticas a las que se enfrentan, para el desarrollo de intervenciones que permitan superarlas.[16]
El Plan de Acción Regional (PAR) para la implementación de la Nueva Agenda Urban en América Latina y el Caribe (2016-2036), promueve la elaboración de políticas basadas en el conocimiento de las dinámicas crecimiento y desarrollo urbano, y establece recomendaciones de acciones e intervenciones para el logro del desarrollo urbano sostenible en América Latina y El Caribe.
El Plan Regional orienta el impulso de Ciudades inclusivas: “libres de pobreza y desigualdad en todas sus formas y dimensiones, libres de la segregación y exclusión socio-espacial, y que garantizan la igualdad de derechos, oportunidades y el acceso seguro e inclusivo a la ciudad y a su tejido productivo sin dejar a nadie atrás”.[17]
Con este principio rector se plantea como resultado estratégico satisfacer las necesidades de todos: reconociendo las necesidades específicas y diferenciadas de personas en situaciones de vulnerabilidad; eliminando las desigualdades asociadas con el género, raza, etnia, edad, religión, discapacidad, diversidad sexual, situación socioeconómica, u otra condición; y garantizando el derecho a una vivienda digna, el fomento de la seguridad, la inclusión y la integración socio-espacial. Este principio se alinea con los ODS, la NAU y la CDN, a partir de su vinculación con la garantía de derechos de la infancia urbana, sus familias y comunidades.
De las agendas a la acción
Uno de los principales desafíos para incluir a la infancia en la política pública local es el análisis de estadísticas sobre los problemas que les afectan. Si bien existe información básica, por ejemplo, en términos de salud y educación, estos datos rara vez se presentan contextualizados territorialmente (por barrios) o desagregados por grupos poblacionales específicos (por género, edad, pertenencia étnica, etc.).
Se requiere más evidencia en ámbitos como: espacios y tiempos de juego disponibles; condiciones y calidad del hábitat donde viven; seguridad y accesibilidad de los caminos utilizados para sus recorridos diarios, entre otras. Estas áreas incluyen, pero no se limitan, a la infraestructura y el diseño urbano; a la provisión de servicios de vivienda, saneamiento, energía y alumbrado público; transporte público y rutas peatonales.[18]
En este sentido, los indicadores de seguimiento de los ODS proponen la medición de datos relacionados con este tipo de información, que es determinante para asegurar que los/as niños/as crezcan en un ambiente seguro y apropiado.
Otra instancia necesaria para la inclusión de la perspectiva de infancia en la planificación urbana es la implementación de mecanismos para el efectivo reconocimiento y participación de la población vulnerable (NNyA, mujeres, migrantes, comunidad LGTBIQ, entre otros). Esta orientación, destacada tanto en la Agenda 2030 como en la NAU, brinda herramientas para que las ventajas de vivir en áreas urbanas dejen de ser un privilegio de pocos y para que el derecho a la ciudad se garantice a todos sus habitantes.
El fortalecimiento de mecanismos de participación, además aporta herramientas para impulsar instancias de contraloría social por parte de NNyA, desde un enfoque de derechos y promoviendo la ciudadanía infantil.[19] En este sentido, las consultas públicas en Consejos de Niños/as,[20] el involucramiento de grupos y movimientos conformados por NNyA (trabajadores, ecologistas, de diversidad de género, etc.) y los mapeos territoriales con NNyA y sus familias,[21] son ejemplos que brindan evidencia y herramientas para la construcción de ciudades más inclusivas.
Finalmente, la articulación de actores locales para para fortalecer las políticas urbanas dirigidas a la infancia, también es una orientación plasmada en el ODS 17 “Alianzas para lograr los objetivos”, y que se manifiesta en los principios y propuestas de la NAU y su plan de implementación regional. Esto implica la participación de diversas áreas internas de las administraciones municipales que generalmente no tienen a la infancia como foco de su trabajo, como las secretarías de infraestructura y planificación, pero también de organizaciones sociales, académicas, sector privado, etc.[22]
Estas son solo algunas referencias de acciones que ya se realizan en la región para incluir la perspectiva de infancia en la planeación y diseño urbano, con el fin de impulsar en las ciudades un desarrollo sostenible, que no deje a nadie atrás.
Desafíos y posibilidades
Como hemos señalado, existen diversas propuestas que plantean desde estrategias de seguimiento de un ODS en particular, hasta otras más integrales para territorializar las agendas globales. Gracias a ellas, se han planteado hojas de ruta para el trabajo de los gobiernos locales en esta materia, y algunos de los elementos destacados en este sentido, son:[23]
- Formación y sensibilización de los actores locales sobre la Agenda 2030 y sus metas, la NAU y sus planes de implementación.
- Evaluación de los planes locales vigentes (tanto generales, como de infancia), a partir de sus fortalezas, debilidades y aspectos imprescindibles, para su vinculación con las agendas globales.
- Mapeo de actores para involucrar en el diseño e implementación de planes locales de infancia y adolescencia.
- Actualización de diagnósticos, datos y evidencia, identificando los colectivos de infancia más vulnerables.
- Vinculación de las agendas globales (ODS, NAU) a la formulación de los planes y políticas locales de infancia y adolescencia.
Los ODS y la NAU, en articulación con la CDN, constituyen un marco de acción esencial para hacer hincapié en los compromisos de los estados para garantizar los derechos de la infancia en entornos urbanos,[24] pero también para fortalecer las administraciones locales y mejorar su articulación con aliados territoriales, nacionales e internacionales que ya están enmarcando su planificación, recursos y acciones en estos instrumentos.
Equidad para la Infancia, julio 2019. Texto elaborado por Alejandra Marulanda y Verónica Bagnoli Fernández
Referencias:
[1] Ocho de los diez países más desiguales del mundo son latinoamericanos: Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Haití, Honduras, México y Panamá (United Nations, ´Youth Regional Overview. Latin American and the Caribbean`, Department of Economic and Social Affairs, Population Division, 2013)
[2] Mieles y Acosta (2012). Calidad de vida y derechos de la infancia: un desafío presente. Disponible en: http://www.scielo.org.co/pdf/rlcs/v10n1/v10n1a13.pdf
[3] Population living in slums. Banco Mundial. Disponible en: https://data.worldbank.org/indicator/EN.POP.SLUM.UR.ZS?view=map&year=2000
[4] Born, Delamónica y Minujín (2013). Impacto de la desigualdad intraurbana en la población infantil de América latina. Disponible en: http://equidadparalainfancia.org/2013/08/impacto-de-la-desigualdad-intraurbana-em-la-poblacion-infantil-de-america-latina/
[5] Born, Diego (2018). Estrategias y herramientas regionales para el monitoreo de la situación de la infancia urbana. Equidad para la Infancia América Latina. Disponible en: http://equidadparalainfancia.org/2018/09/estrategias-y-herramientas-regionales-para-el-monitoreo-de-la-situacion-de-la-infancia-urbana/
[6] IDEM
[7] Bagnoli, Verónica y Freitez Marina (2017) La violencia y la inequidad de género comienza desde la infancia. Equidad para la Infancia América Latina. Disponible en: http://equidadparalainfancia.org/2017/12/desigualdades-de-genero-en-la-infancia/
[8] Berndt, Angelika, ´Children at Risk in Brazil. A socio-political profile of the circumstances that put children at risk in Brazil’s urban centres`, Action for Brazil’s Children, 2009, pp. Disponible en: http://equityforchildren.org/2019/04/play-a-right-and-a-healing-to-trauma/
[9] UNICEF (2018) Panorama regional de la infancia 2018. Disponible en: https://www.unicef.org/lac/media/4926/file
[10] Cervina y Cunzolo (2012). Por el bien de los niños/as. Entre la ley, los discursos y las prácticas en la intervención con Niñas, Niños y Adolescentes. Disponible en: http://www.margen.org/suscri/margen67/cunzolo.pdf
[11] Morlachetti (2013). Sistemas nacionales de protección integral de la infancia: fundamentos jurídicos y estado de aplicación en América Latina y el Caribe. Disponible en: https://www.cepal.org/es/publicaciones/4040-sistemas-nacionales-proteccion-integral-la-infancia-fundamentos-juridicos-estado
[12] Rivas (2014). Infancia: entre la protección y la administración. Reflexiones en torno a las concepciones de la política de infancia desde la perspectiva de derecho. Disponible en: http://www.margen.org/suscri/margen73/silvinarivas.pdf
[13] Equidad para la infancia (2018). La Agenda 2030 y la infancia urbana. Disponible en: http://equidadparalainfancia.org/2018/11/webinar-la-agenda-2030-y-la-infancia-urbana/
[14] Bagnoli, Verónica y Freitez Marina (2017) Inequidades de la infancia urbana en el contexto latinoamericano. Disponible en: http://equidadparalainfancia.org/2017/11/inequidades-de-la-infancia-urbana-en-el-contexto-latinoamericano/
[15] Naciones Unidas (2016). Nueva Agenda Urbana. Disponible en: http://habitat3.org/wp-content/uploads/NUA-Spanish.pdf
[16] Bagnoli, Verónica y Mauger, Beatrice (2016). Por una agenda urbana que incluya a la infancia desde los primeros años. Disponible en: http://equidadparalainfancia.org/2016/05/por-una-agenda-urbana-que-incluya-a-la-infancia-desde-los-primeros-anos/
[17] CEPAL, ONU Hábitat y MINURVI (2018). Plan de Acción Regional para la implementación de la Nueva Agenda Urbana en América Latina y el Caribe 2016-2036. Disponible en: https://repositorio.cepal.org/bitstream/handle/11362/42144/2/S1800033_es.pdf
[18] Por una agenda urbana que incluya a la infancia desde los primeros años.
[19] Yerena, Mónica (2018) Niñas, niños y adolescentes para que nadie se quede atrás. Equidad para la Infancia. Disponible en: http://equidadparalainfancia.org/2018/11/ninas-ninos-y-adolescentes-para-que-nadie-se-quede-atras/
[20] Una de las experiencias más destacadas de promoción de la participación infantil desde la administración local en la región, ha sido desarrollada en la ciudad argentina de Rosario. Equidad para la Infancia América Latina (2012) Rosario: La Ciudad de los Niños. Disponible en: http://equidadparalainfancia.org/2012/05/proyecto-rosario-la-ciudad-de-los-ninos/
[21] El municipio limeño de Miraflores (Perú) desarrolla una amplia propuesta de inclusión de NNyA en consultas y estrategias para el diseño de políticas locales, entre ellas se encuentra la estrategia “Camino seguro al cole”: una serie de mapeos en los que participan NNyA para identificar riesgos en los trayectos que utilizan para ir a la escuela. Chávez, Ninfa (2018) Monitoreo para mejorar las intervenciones públicas para la infancia: Miraflores, Lima, Perú. Equidad para la Infancia América Latina. Disponible en: http://equidadparalainfancia.org/2018/08/monitoreo-para-mejorar-las-intervenciones-publicas-para-la-infancia-miraflores-lima-peru/
[22] Fielgson, Michel (2017). La primera infancia debe ser un eje central en las discusiones. Equidad para la Infancia América Latina. Disponible en: http://equidadparalainfancia.org/2017/03/la-ninez-debe-ser-un-eje-central-en-las-discusiones/
[23] En este caso se presentan algunas propuestas validadas por el programa Ciudades Amigas de la Infancia en España, que ha hecho un trabajo de incidencia y territorialización de la Agenda 2030 con gobiernos locales. Losoviz, Lucía (2018). La Agenda 2030 desde un enfoque de derechos de la infancia. Equidad para la Infancia América Latina. Disponible en: http://equidadparalainfancia.org/2018/11/la-agenda-2030-desde-un-enfoque-de-derechos-de-la-infancia/
[24] UNICEF (2012). Estado mundial de la infancia 2012. Niñas y niños en un mundo urbano. Disponible en: http://equidadparalainfancia.org/2012/05/estado-mundial-de-la-infancia-2012-ninas-y-ninos-en-un-mundo-urbano/