Ante la pandemia mundial por la propagación de Coronavirus, es importante contener a niñas y niños intentando que tengan una rutina lo menos disruptiva posible. Si bien no es una enfermedad que los ubique en la franja etárea de mayor riesgo, las medidas que se están adoptando en los países que presentan situaciones más críticas son las apropiadas para lo que es una coyuntura anormal. Resulta conveniente entonces tomar precauciones para evitar la propagación de la enfermedad. UNICEF recomienda lavarse las manos recurrentemente, toser o estornudar sobre el codo, evitar cualquier tipo de contacto con alguien posiblemente infectado y recurrir a un médico ante el primer síntoma.
Para enfrentar este escenario por demás complejo, es importante el compromiso intergeneracional que se asuma para (i) no exponer a niños y niñas al contacto con personas mayores, dado que los menores suelen ser transmisores del virus y los mayores de 65 años la población de mayor riesgo y (ii) continuar con la prevención de otras enfermedades muy extendidas en América Latina que también registran casos en aumento: dengue, el zikay
la chikungunya, que debido a la falta y deficiencia de servicios de saneamiento e infraestructura y el deterioro ambiental, generan contextos que aumentan las probabilidades de desarrollo de los mosquitos transmisores, como bien argumenta Raúl Mercer en nuestros webinar de Equidad para la Infancia sobre los desafíos regionales para garantizar la salud de la infancia urbana.
La proliferación del Coronavirus debe acentuar la preocupación por enseñar y transmitir los hábitos de higiene en las infancias, tomando los recaudos necesarios para garantizar los cuidados que eviten la mayor propagación de la enfermedad.
