En los meses de septiembre y octubre, se organizó el Ciclo de Diálogos con Expertos: “Infancias y Covid-19”, impulsado por Equidad para la Infancia, Fundación Arcor, el Instituto de Salud Colectiva de la Universidad de Lanús (ISCo/UNLa) y el Proyecto SALURBAL.
- El objetivo fue reflexionar sobre el impacto de una “doble pandemia” en la salud integral de infancias y adolescencias: la pandemia de Covid-19 y la profunda desigualdad, que este tiempo ha dejado aún más en evidencia.
- Creemos en la importancia de trabajar en red y de forma transdisciplinaria. Los diálogos desarrollados en este ciclo buscan influir en la agenda de gobiernos y organizaciones de la sociedad civil para construir un futuro inmediato que no repita las grandes inequidades que afectan la salud integral de niños, niñas y adolescentes en la región.
Para más información sobre este ciclo, visitar el reporte final.
En el conversatorio #2 “Salud Colectiva e Infancia. Impacto del Covid-19 en la alimentación de la infancia”, la periodista Silvia Bacher dialogó con la doctora en Antropología, Patricia Aguirre y Alberto Minujin, director de Equidad para la Infancia/Equity for Children y Profesor de la New School University (NY).
Durante el encuentro, se reflexionó sobre la salud colectiva como un modelo de compresión de la salud que pone el acento en el medio social, más que en la acción individual. De este modo, practicar actividad física y llevar adelante una alimentación saludable, por ejemplo, son acciones que no dependen únicamente de una voluntad individual, sino que están atadas a la existencia de espacios públicos verdes y a la disponibilidad de alimentos sanos a precios accesibles; es decir, están posibilitadas o imposibilitadas por las condiciones del medio social.
En este sentido, se debatió sobre las transformaciones habidas en el marco de la pandemia y sus consecuencias sobre aspectos nutricionales y también no nutricionales de la alimentación, entendiendo que ésta abarca mucho más que “comer” y debe ser abordada de manera transdisciplinaria y no exclusivamente médica.
En un marco de incertidumbre, las harinas se asociaron a una sensación de seguridad; los azúcares, al placer, especialmente en los niños y niñas; el consumo de alcohol, a la reducción del estrés. Y el consumo de estos tres elementos, entre otros, aumentó.
Sin embargo, no todo fueron cambios negativos. Se recuperó una comensalidad hogareña muy dañada por el marketing de la agroindustria y cuyo valor social, como espacio compartido de aprendizaje y de socialización, habitualmente se subestima desde los programas estatales enfocados en la prioridad de atender la emergencia alimentaria. Esto puede resultar muy positivo. Como dijo Patricia Aguirre: “La mesa es el lugar donde se crean y se resuelven los conflictos, es el lugar donde socializan las nuevas generaciones, es donde se aprende sin querer queriendo esos valores que nos dicen cómo tiene que ser interpretada la vida”.
La pregunta que surge entonces es ¿qué podemos potenciar hacia adelante de las transformaciones que han resultado virtuosas? ¿qué capacidades tienen las comunidades para crear salud, en lugar de resistir la enfermedad?
Es momento de incorporar a las políticas universalistas que persiguen la igualdad, un componente de sensibilidad, que reconozca las realidades diversas, integre las fuerzas que existen en los territorios e incorpore las experiencias de niños y niñas.
Desde Equidad para la Infancia agradecemos a Silvia, Patricia y Alberto y a todos los que participaron del conversatorio conectándose y debatiendo. Recuperando una de las conclusiones más potentes de este encuentro:
«Tenemos que construir una narrativa del COVID que recoja todas las voces. No podemos dejar que la “nueva normalidad” sea la vieja normalidad».
Para mirar el Webinar completo pueden ingresar aquí.