Las crecientes desigualdades desproporcionadas y las violaciones de los derechos humanos hacia las comunidades de bajos ingresos se han vuelto aún más evidentes debido a la pandemia. A raíz de este cambio, muchas personas y comunidades que sobrevivieron de la economía informal se han visto forzadas a la pobreza extrema y desafortunadamente «se unirán a las filas de los 1.300 millones de personas que ya viven en una pobreza multidimensional y persistente que vieron agravadas sus privaciones preexistentes durante la pandemia mundial». Adicionalmente, a pesar de que las personas de bajos recursos corren un mayor riesgo de estar expuestas a amenazas como COVID-19, tienen el menor acceso al apoyo de la comunidad y a recursos útiles. Estas personas se han visto obligadas repetidamente a tomar la delantera contra dichas amenazas / riesgos y soportar el sufrimiento de esta exposición. Además, los sistemas que se benefician de la explotación de estas comunidades han intentado normalizar estos estándares de «vida» en un intento por mantener los sistemas actuales que hacen que estas comunidades sean vulnerables.
Organizaciones como Equidad para la Infancia ha continuado luchando para proteger los derechos de estas comunidades y crear conciencia e inquietudes sobre este tema. El domingo 17 de octubre, conmemoramos el Día Internacional de la Erradicación de la Pobreza. Este día nos brinda la oportunidad de exigir abiertamente un espacio para conversaciones sobre cómo desmantelar las estructuras y marcos actuales que crean una disparidad y desventaja tan grande para las comunidades de bajos ingresos. Además, nos permite reconocer colectivamente el sufrimiento y las durezas de los afectados por la pobreza extrema y colocarlos al frente de esta conversación y movimiento. Usando la guía y la experiencia de aquellos que han sido más afectados, continuaremos nuestra lucha para erradicar la pobreza y “Construir Juntos” como comunidad mientras cambiamos el paradigma actual hacia uno más saludable, inclusivo y ético.