El artículo destaca la situación de las políticas destinadas al cuidado infantil, identificándolas como tareas de reproducción social que no son consideradas como parte de la política pública Estatal. Se halla que las tareas de cuidado de los niños pequeños están en manos de las familias, de este modo, la pobreza es una condición insoslayable que determina las posibilidades de respuesta frente a esta necesidad.
A lo largo de dos décadas en Argentina, se implementaron políticas de asistencia a las familias pobres, dejando de lado las políticas universales básicas para el cumplimiento de los derechos sociales, políticos y económicos. Así pareció omitirse que las condiciones de vida de los adultos, determinan las posibilidades de cuidado de los niños.
Se analizan en este artículo dos programas de transferencia condicionada de ingresos: el Plan Familias y el Jefes y Jefas de Hogar, ambos comparten la característica de no proveer ninguna instancia de cuidado alternativa de los niños pequeños con vistas a facilitar procesos de inserción laboral, formación, capacitación de sus progenitores. Más aún, en ambos casos, las condicionalidades están referidas a tareas reproductivas. Se cristaliza de este modo, la forma bajo la cual el Estado participa activamente en la (re) estructuración de relaciones asimétricas entre varones y mujeres.
El énfasis del artículo está puesto en identificar algunas de las características que asume la oferta de cuidado brindada en Argentina por parte de diversas organizaciones de la sociedad civil, y los vínculos entre esta provisión de cuidado y las políticas públicas estatales.
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