La autora manifiesta la necesidad de resignificar el debate que se ha hecho en relación al cuidado, al proponerlo como un derecho universal. Parte de la pregunta sobre cómo incorporar, en una lógica de derechos, la complejidad del cuidado. Esto es, no solo “relacionado con” un status de trabajador/a asalariado o con un “sujeto beneficiario” o “receptor” de una política de cuidado, sino como un principio inherente a la igualdad de oportunidades y de trato.
Insiste en el reconocimiento del derecho de cuidar, ser cuidado y cuidarse, de tal forma, que plantea un marco analítico relacional en el que debe incluirse al sujeto cuidado, el cuidador -cuidadora en la mayoría de los casos- y las condiciones en que éste se brinda. Insistiendo en el rol fundamental del Estado en proveer y regular la provisión del mismo. Justamente en este marco relacional es que propone pensar la desigualdad, dado que al pasarse por alto las condiciones desiguales entre cuidador y receptor de cuidado se invisibilizan las estructuras asimétricas de unos sobre otros que reproducen de forma interminable lo que ella denomina “cadena de la desigualdad”.
[pdf]el-cuidado-como-cuestion-social-desde-un-enfoque-de-derechos[/pdf]