El texto hace un fuerte llamado a la defensa de los derechos de la infancia y la adolescencia. Ante la creciente concentración de la riqueza, aboga por mayor solidaridad y compromiso de quienes más tienen a favor de las infancias del mundo, acechada mayoritariamente por la pobreza y la falta de educación y oportunidades. Señala entre sus puntos salientes la necesidad de que gobiernos, organismos multilaterales, organizaciones de la sociedad civil, corporaciones y comunidad científica e internacional, se esfuercen por incrementar las asignaciones presupuestarias destinadas al bienestar de niños para contrarrestar las medidas de ajuste económico. Convoca a pensar en una restructuración de los Organismos Multilaterales de Crédito y de los Organismos Internacionales en general, para permitir que instrumentos internacionales como la Convención por los Derechos del Niño, mejoren las interacciones con los estados en nuevos contextos de planificación y desarrollo de políticas públicas que propicien crecimiento con inclusión social. Y promueve un nuevo marco internacional que garantice mejoras efectivas en las condiciones de vida de todos los niños, niñas y adolescentes.
El “Manifiesto de San Juan” propone impulsar el desarrollo de sistemas de información y evaluación para obtener datos actualizados y periódicos sobre la situación de infancia y adolescencia; promueve el acceso de niños y niñas a las modernas tecnologías de información; y defiende el acceso a una educación pública y gratuita de calidad como lugar fundamental donde niños y niñas adquieren conciencia de su pertenencia social, generan su cultura y conciencia de ciudadanos y ciudadanas en sus propios términos.
Como parte del V Congreso Mundial y en asambleas propias y autónomas, más de 1000 niñas, niños y adolescentes argentinos de entre 10 y 17 años, debatieron sobre el derecho a la identidad, a la participación, a la expresión, a la educación y a la inclusión, en el marco del «Primer Congreso Argentino de Niños, Niñas y Adolescentes».
En la “Declaración de los Niños y Niñas” que leyeron en la ceremonia de cierre del Congreso, enfatizaron su pedido de que “nos digan la verdad, para poder hablar y expresarnos», y señalaron también: «Estamos aquí por los que no pudieron llegar, los que quedaron atrás, los que pidieron auxilio y no se lo dieron, tuvieron miedo y no hablaron, los que fueron víctimas de trata, de pedofilia. Queremos que nos digan la verdad. Hablar y expresarnos». «Tenemos el derecho a ser protegidos. Queremos que nos cuiden»; «el crecimiento de los niños implica diferenciar el miedo del respeto» y «el miedo no es parte del respeto». «Nadie tiene derecho a hacernos trabajar, ni nuestros padres, porque los niños no tienen que trabajar. Tenemos derecho a tener una buena vida, a vivir como niños y no como adultos».